El señor de Ballantrae es, sin duda alguna, uno de los libros más brillantes de Stevenson. Iniciado en el punto más álgido de su popularidad, en él muestra su mejor prosa, su más dramática puesta en escena y su mejor manejo de la intriga. Con estas armas construye una historia de una extraordinaria fluidez, plagada de inolvidables episodios, en la que retoma con un tono mucho más sombrío y mordaz los principales temas de fondo de sus célebres novelas anteriores: La isla del tesoro –la aventura regida por la codicia–, Secuestrado –la condición del pueblo escocés– y El extraño caso del doctor Jekyll y mister Hyde –la enfrentada dualidad de la naturaleza humana.