Friedrich Schiller es probablemente el menos leído de los más grandes maestros alemanes; nunca me cansaré de repetirlo, pues creo que la cultura europea contemporánea ha pagado algún precio por ello, política estética y poéticamente. La presencia efectiva y centrada de la reflexión de Schiller hubiese paliado, cuando menos, graves incumplimientos, falacias solapadas o interesadas confusiones en distintos órdenes hasta hoy establecidos.