Este libro plantea la situación ambigua en la que se encuentra el dibujo después del cuestionamiento al que ha sido sometido por las vanguardias y los cambios que han afectado al arte en el último siglo, que han supuesto un desplazamiento sin precedentes de las áreas, disciplinas y técnicas que antes lo definían. Las nuevas prácticas, la hegemonía de la imagen mediática, la creciente importancia del significado sobre la forma o la incapacidad contemporánea para apreciar una imagen quieta, son algunas de las muchas cuestiones analizadas y que afectan a una actividad que forma parte de nuestra cultura desde la prehistoria.