Desde que su artífice, Jacques Derrida, desarrollara y expusiera los conceptos fundamentales de la deconstrucción (De la gramatología, 1967), esta teoría no ha dejado de interesar al especialista a la hora de abordar el análisis de texto. El método, implícito en las reflexiones del alemán Martin Heidegger, consiste en desvelar cómo son construidos los conceptos a partir de la acumulación metafórica y el proceso histórico.
Desde este momento, el texto deja de ser un elemento unívoco y objetivo como sostuvo el estructuralismo; ahora, en la deconstrucción, la palabra adquiere diversos significados y realidades: las posibilidades textuales se descubrirán descomponiendo la estructura del propio lenguaje. Por tanto, las lecturas del texto serán, inevitablemente, infinitas.
Esta antología, manifiesto de la llamada «Escuela de Yale», introdujo el uso de la deconstrucción como herramienta para la crítica literaria y los estudios culturales en el mundo anglosajón, generando una enorme controversia. Se trata de un conjunto de cinco ensayos sobre el arte y la naturaleza de la interpretación a cargo de los más reputados teóricos posmodernistas en el campo de la crítica literaria.