En clave kafkiana, o, si se prefiere, al modo de Juan Carlos Onetti, esta extraordinaria novela está protagonizada por un escritor que se dedica a observar su propia caligrafía en busca de respuestas sobre su identidad. Esos trazos sinuosos le brindan respuestas sobre el significado de escribir, sobre las angustias de la escritura creativa, y en especial, sobre la siempre mágica relación de la escritura con la vida.