Vinculado en sus orígenes a los cuentos de tradición oral, con los que comparte su estructura esencial y de los que tomó en un principio algunos de sus contenidos temáticos, el cuento literario se caracteriza ante todo por su condición de obra construida y transmitida mediante la escritura. Y de esta circunstancia se derivan todos los rasgos que hacen de él una especie narrativa diferente: autor conocido, transmisión estable, vocación innovadora, diversidad temática, estilo elaborado, complejidad constructiva e ideológica, personajes individualizados…, todo lo cual supone una crucial mutación, que convierte al cuento literario en un relato «adulto», emancipado, por obra de la escritura, de la simplicidad e ingenuidad de las antiguas narraciones de tradición oral. Tras una etapa de consolidación durante la Edad Media, en la que ya comienzan a perfilarse algunos de sus rasgos distintivos, el cuento literario alcanza su plenitud durante el Realismo, de forma paralela al auge de la novela, gracias a que los grandes escritores de la época supieron hallar en él, como expresión más genuina de la narración, las grandes posibilidades que ofrecía. Elevado a cimas estéticas sin precedentes, y superados así los prejuicios que sobre él pesaban, el cuento afianzó su prestigio en la comunidad literaria, con lo cual quedaba preparado el camino para que en el siglo XX se produjera su apoteosis, pues no de otra manera debe llamarse a esa explosión de diversidad, de creatividad, de calidad y –en muchas ocasiones– de genialidad que caracteriza al cuento contemporáneo. En esta antología se ofrece un itinerario del género a través de algunas muestras representativas, en las que se advierte cómo ha ido ganando terreno hasta ocupar el lugar privilegiado que hoy ocupa en la estimación de los lectores y la crítica. Y de los profesores, que han encontrado en el cuento uno de los recursos más seguros para iniciar a los alumnos en la lectura y fomentar el interés y el gusto por la misma.